Macri, quien dirigió este país entre 2015 y 2019, desintegró los organismos encargados de esferas fundamentales para cualquier sociedad como la salud, la energía, el trabajo, la agroindustria y la cultura, en un intento de acabar con los avances logrados por los exmandatarios Néstor Kirchner (1950-2010) y Cristina Fernández.
En respuesta al reclamo popular, de organizaciones sociales y sindicales, la administración del Frente de Todos retomó el camino iniciado por el kirchnerismo y decidió colocar esas áreas en el centro de su política, como motor impulsor del desarrollo de esta nación.
A tres años de su refundación, el MinCyT apuesta por el conocimiento, la investigación y la innovación como herramientas fundamentales para garantizar un mejor futuro y la soberanía de Argentina.
En declaraciones a Prensa Latina, su titular, Daniel Filmus, destacó entre los objetivos de esa entidad la colocación de la ciencia y la tecnología entre las principales políticas del Estado, la transformación del modelo productivo mediante la inversión en esos sectores, y el fortalecimiento de los mismos en todas las regiones de Argentina, con el respaldo del Gobierno nacional.
Con tal propósito, consideró fundamentales la Ley de Financiamiento y la de Economía del Conocimiento, aprobadas por unanimidad en el Congreso entre 2020 y 2021.
La primera nos asegura un apoyo permanente y creciente del Estado al multiplicar por cuatro la inversión en el área. Cuando asumimos en 2019, no había Ministerio porque fue degradado y el presupuesto bajó de 0.37 por ciento a 0.22. La normativa propone alcanzar en 2030 una inversión del uno por ciento del Producto Interno Bruto, señaló.
Asimismo, explicó que la segunda ley apunta a promover la articulación público-privada, generar valor agregado, fomentar el empleo de calidad y aumentar las exportaciones basadas en la industria del conocimiento.
Además, destacó la posibilidad de poder pensar el sector de una manera distinta, más integral, no solo desde la capital, sino desde las necesidades y proyectos de cada una de las 24 jurisdicciones que conforman Argentina.
Es esencial que sean las provincias las que demanden, de un fondo que es claramente federal, las posibilidades de inversión. También existe una relación entre los objetivos de cada territorio y los del MinCyT, explicó.
Como parte de las acciones para impulsar un programa que abarque y otorgue igual relevancia a todos los territorios, destacó los proyectos Equipar y Construir Ciencia.
El primero orienta estratégicamente el sistema nacional científico-tecnológico para que nuestros investigadores tengan las condiciones necesarias para solucionar los problemas de cada territorio. El segundo busca mejorar las condiciones edilicias mediante la construcción o adecuación de infraestructura, indicó.
CIENCIA Y TECNOLOGÍA COMO BANDERAS
Para Filmus, la ciencia y la tecnología son el camino para cambiar el modelo productivo y exportador y construir un país poderosamente industrial, que priorice el conocimiento.
Argentina sufre crisis económicas cíclicas. La manera de evitarlas es agregando valor a los productos que generamos a partir de nuestra naturaleza, pero también desarrollando una industria fuerte, consolidada y poderosa. No debemos limitarnos al consumo interno, sino que tenemos que promover la exportación, apuntó.
Nada de eso podrá ser realidad si no entendemos a la ciencia y la tecnología como políticas de Estado, como banderas. Esto no se logra en un solo mandato presidencial, tiene que ser extensivo. Se trata de iniciativas a mediano y largo plazo, añadió.
Según el biólogo argentino Alberto Kornblihtt, “la investigación en ciencia básica es fundamental para descubrir y entender mecanismos que permitan diseñar nuevas terapias. Nuestro país no puede darse el lujo de apostar solo a la investigación aplicada ni repetir cosas que ya se saben”.
Al referirse a esas declaraciones del miembro del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Filmus afirmó que esta nación necesita un sistema que responda a las demandas de la sociedad.
El ejemplo más claro de la admirable adaptabilidad de nuestros investigadores fue la pandemia de la Covid-19. Muchos dejaron de lado proyectos en los que estaban trabajando para abocarse 100 por ciento a desarrollar mascarillas con nanotecnología, kits serológicos e incluso vacunas, señaló.
La crisis sanitaria provocada por el coronavirus SARS-CoV-2 demostró la desigualdad en el acceso a los servicios médicos a nivel global y la debilidad de muchos sistemas de salud para hacer frente a situaciones de ese tipo.
En Argentina, el Gobierno debió enfrentar la pandemia a meses de asumir y, al mismo tiempo, iniciar el proceso de fortalecimiento de los Ministerios desmantelados por Macri.
La Covid-19 puso en evidencia la importancia de la ciencia y la tecnología porque aquellos países que concentran el conocimiento pudieron dominar también las decisiones de vida o muerte, indicó Filmus.
Por tal motivo abogó por el desarrollo del sector y su puesta a disposición de la sociedad.
“Debemos resolver las problemáticas de los ciudadanos, generar trabajo e impulsar el consumo interno y externo. El balance del año pasado arrojó que la industria del conocimiento ocupó el segundo lugar en cuanto a exportaciones y se ubicó después de la cadena agroindustrial. Eso muestra la importancia de la inversión en el sector”.
“Esto es algo que fortalecimos durante los últimos años y marca un modelo de país distinto. En la medida en que crezcan las industrias de base tecnológica cambiamos la matriz productiva. Trabajamos por una Argentina que en muchas áreas estará en condiciones de competir, no sólo regionalmente, sino a nivel global”, afirmó.
Por otra parte, el ministro resaltó la importancia de las acciones llevadas adelante por su cartera para la defensa de la soberanía del país, determinada, entre otros fatores, por su desarrollo, capacidad de respuesta y el papel del Estado.
Argentina fue elegida por laboratorios extranjeros para fabricar sus vacunas, pero no es lo mismo que producir las nuestras e incluso exportarlas. Eso es estratégico, es soberanía real, y la ciencia y la tecnología pueden garantizar que lo logremos, aseveró.
Recientemente, a petición de varias familias, investigadores del Conicet hallaron un mecanismo que podría permitir la creación de nuevos tratamientos contra la atrofia muscular espinal.
Ese caso es una demostración de que, cuando hay una necesidad, el Estado tiene que garantizar un derecho, aunque exija mucha inversión. La salud y la vida deben ser una prioridad, apuntó.
INNOVACIÓN Y CONOCIMIENTO
Filmus mencionó que el MinCyT, la Dirección Nacional de Compre Argentino y el Programa de Desarrollo de Proveedores iniciaron hace unos meses los Proyectos Estratégicos de Base Científica y Tecnológica orientados a misiones industriales.
Estos buscan que proveedores nacionales de insumos de industrias estratégicas basadas en el conocimiento se desarrollen para, de esa manera, sustituir importaciones, incrementar las exportaciones de alto valor agregado y generar empleo calificado, afirmó.
De acuerdo con el titular, los países que crecen son aquellos que fortalecen sus capacidades, no solo de trabajo, sino también de innovación y de desarrollo en el área.
Al referirse a los vínculos entre centros educativos e instituciones del sector, resaltó como ejemplo la creación de un picosatélite por la empresa Innova Space y alumnos de la Escuela Técnica N°5 de Mar del Plata.
Bautizado como San Martín, el proyecto tiene como objetivo principal brindar cobertura de Internet a zonas donde no hay.
Esto es muy importante porque la conectividad es un derecho y Argentina tiene muchas áreas donde no está cumplido. El picosatélite beneficiará a zonas mineras, petroleras y rurales, precisó.
Por otra parte, explicó que el MinCyT y la Fundación Sadosky trabajan en el proyecto Arphai, centrado en la gestión epidemiológica basada en la Inteligencia Artificial (IA) y coordinado por el Centro Interdisciplinario de Estudios de Ciencia, Tecnología e Innovación.
En ese sentido, indicó que el Ministerio financiará proyectos como el uso de la IA para la predicción de riesgo cardiovascular y el empleo de modelos avanzados de volumetría de cerebro mediante algoritmos de deep learning (aprendizaje profundo).
También aseguró que están elaborando una guía práctica para la utilización de la IA en el diseño de políticas públicas.
Además, apuntó que están en ejecución un programa de desarrollo de productos de procesamiento de imágenes médicas basadas en IA y un inversor inteligente para la generación distribuida con acumulación para usuarios industriales.
A todo lo antes mencionado, se suma como elemento importante el incremento de las solicitudes por los alumnos de carreras relacionadas con el sector.
Los jóvenes empiezan a elegir este tipo de estudios porque saben que el futuro de su país está en la ciencia y la tecnología, en el aporte de conocimiento, concluyó.
alb/gas
*Corresponsal de Prensa Latina en Argentina
