Ese apremio busca además crear también nuevas infraestructuras con vistas a aprovechar las terminales de gas natural licuado (GLN) de la península ibérica, que en el futuro servirían también para transportar hidrógeno.
La CE agregó que seguirán su apoyo a las autoridades españolas y francesas para acelerar la ejecución de los tres proyectos existentes de interés común con la finalidad de aumentar la capacidad de interconexión entre la península ibérica y Francia.
En ese sentido, la ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, dijo que el gasoducto que llegará desde España hasta Francia por la zona pirenaica de la región de Cataluña (este) podría estar operativo en ocho o nueve meses, en el lado de la frontera sur.
Para dichos fines la experta reclamó una implicación muy importante del Gobierno francés.
Ribera valoró las palabras del canciller alemán, Olaf Scholz, a favor de un gasoducto desde Portugal hacia el resto de Europa para eludir la dependencia energética de Rusia, y cree que su mensaje es clave.
Scholz aseguró esta semana que el establecimiento de conexiones de gas con el norte de África a través de España y Portugal ayudaría a diversificar el suministro, y consideró un error la dependencia que supone el abandonar al gas ruso que recibe Alemania a través del Báltico.
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