La institución señaló en un comunicado que las precarias condiciones fueron constatadas por un abogado de la comisión que visitó el Hospital Penitenciario de Ramle.
Muchos presos enfermos sufren por la negligencia de las autoridades penitenciarias y la demora en recibir tratamiento, o son objetos de experimentos en esos centros, afirmó el texto.
Recientemente el organismo expresó su preocupación por el aumento del número de casos, en especial aquellos que padecen cáncer y tumores en diversos grados.
Alertó también que los miembros del servicio penitenciario israelí ejecutan sistemáticamente actos de violencia física y psicológica contra los reclusos palestinos.
Según el Centro Palestino de Estudios sobre Prisioneros, de los 700 detenidos con problemas de salud en las cárceles israelíes unos 160 padecen enfermedades crónicas como cáncer, insuficiencia renal y cardíaca, atrofia muscular y obstrucción de las arterias y diabetes.
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