Según la revista científica Journal of the American Heart Association, la falta de conexión social guarda relación con un mayores probabilidades de fallecer prematuramente, en especial, los hombres.
“El aislamiento y la soledad también se asocian con marcadores inflamatorios elevados, y los individuos que tenían menos conexiones sociales eran más propensos a experimentar síntomas fisiológicos de estrés crónico”, subrayan los especialistas.
Los expertos platean que la depresión puede llevar al aislamiento social, y viceversa, puntualizan.
Cuando se sufre el aislamiento social durante la infancia aumentan los factores de riesgo cardiovascular en la edad adulta, a través de la obesidad, hipertensión arterial y el incremento de los niveles de glucosa en sangre.
Estar en solitario está vinculado a un peor pronóstico en individuos que ya padecen una enfermedad coronaria o un ictus, puntualizan los científicos
Las personas con enfermedades cardíacas que estaban socialmente aisladas presentaban un aumento de dos a tres veces en el número de muertes durante un estudio de seguimiento de seis años que se realizó, argumentaron los expertos.
Los adultos socialmente aislados, con tres o menos contactos sociales al mes, pueden tener un riesgo un 40 por ciento mayor de sufrir un ictus o un infarto recurrente, recalcaron los investigadores.
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