Las declaraciones del mandatario acontecieron en una reunión del Grupo de Trabajo General sobre Precios, Salarios y Medios de Vida, durante la cual Kishida indicó a los ministros de su Gabinete que elaboren pronto propuestas concretas para reducir el impacto de la inflación en la vida de los ciudadanos.
“La economía es un organismo vivo. En función de la situación, tomaremos medidas audaces sin dejarnos llevar por los precedentes y sin recortar gastos”, puntualizó.
Las acciones paliativas priorizarán el sector alimenticio, con énfasis en mantener el precio de venta del trigo importado por el Estado a las empresas molineras, pese al aumento de la cotización del cereal en el mercado internacional previsto en un 20 por ciento a partir de octubre.
Asimismo, el jefe del Ejecutivo nipón orientó que se aliviara el costo de la gasolina y otros combustibles, teniendo en cuenta el subsidio a los mayoristas petroleros que se implementó en el primer semestre del año.
Respecto a la electricidad, la cartera de Economía, Comercio e Industria deberá coordinar los esfuerzos públicos y privados en aras de garantizar la capacidad de suministro adicional para el invierno, así como asegurar el funcionamiento de hasta nueve centrales nucleares.
También deberá reducir la carga de las facturas mediante el uso de subvenciones temporales destinadas al desarrollo local, entre otras iniciativas.
La presentación de las nuevas disposiciones ministeriales se realizará en la reunión del mencionado grupo de trabajo a principios del próximo mes, con el objetivo de diseñar cuanto antes las medidas financieras que las respaldarán.
“Pido a todos los miembros del Gabinete que respondan a esta contingencia con el máximo sentido de crisis”, dijo Kishida.
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