La fuerza chiita expresó su preocupación de que las instituciones rectoras del país caigan en un estado de parálisis y vacío, al tiempo que consideró la responsabilidad nacional para efectuar las elecciones presidenciales en el período constitucional correspondiente.
En este sentido, Amal recalcó la urgencia de sacar al Líbano del estado de sucesivos colapsos en diversos sectores e instalaciones ante la obstrucción deliberada a la formación de un nuevo gobierno.
A través de su Buró Político, el movimiento pidió evitar que la maquinaria de guerra de Israel socave la resistencia y explote los recursos de petróleo y gas de la nación.
En el contexto de las violaciones aéreas al espacio libanés por parte de Tel Aviv, Amal denunció los continuos ataques del enemigo contra el pueblo sirio, como evidencia de la preocupación israelí por el desarrollo y los avances del eje de la resistencia.
Bajo el impacto de su peor crisis económica, los libaneses enfrentan otro período de desconfianza a la espera de la conformación de un gabinete desde el 29 de junio pasado y ante el retorno del diplomático estadounidense Amos Hochstein, mediador en la disputa marítima con Tel Aviv.
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