Rébu señaló que existen señales de advertencia de que una mayor intervención extranjera es inminente, sin embargo, recordó que precisamente la ocupación militar en 1994 y 2004 llevaron a Haití al caos actual.
La semana pasada la Organización de Estados Americanos (OEA) reconoció el fracaso de 20 años de presencia internacional en la nación y, pese a eso, su secretario general, Luis Almagro, pidió directamente una intervención militar de Naciones Unidas y el regreso de su misión para la estabilidad.
Según la OEA, conocida por sus posturas contrarias a la región, Haití solo no podrá combatir a las cada vez más crecientes y poderosas pandillas y reconstruir un Estado próspero para sus 12 millones de habitantes.
Estas declaraciones salen a la luz luego del recrudecimiento de la violencia por parte de los grupos armados, cuyos enfrentamientos dejaron más de 600 muertos, heridos y desaparecidos desde abril y mientras los más de 13 mil agentes policiales cuentan con escasos recursos para hacer frente a las pandillas.
Por su parte, la cadena estadounidense Univision aseguró que los soldados norteamericanos están listos para el despliegue, y solo se necesita que el presidente Joe Biden dé las órdenes.
“El ejército estadounidense está listo, la estrategia militar está redactada y podría decirse que está justificada bajo el derecho afirmado de la intervención humanitaria para detener las violaciones fundamentales de los derechos humanos y proteger a las personas de un daño inminente”, afirmó.
Especialistas como la profesora y escritora Alyssa Goldstein señalaron que cualquiera que apoye invasiones militares extranjeras no sabe nada acerca de cómo los haitianos sufrieron violaciones y masacres por parte de tropas extranjeras.
La misión de la ONU que se desplegó en el país en 2004 fue responsable de la introducción del cólera, enfermedad que provocó más de 10 mil muertes en un año, además de recibir acusaciones por violaciones de mujeres y niñas, según denuncias.
El Gobierno aun no se pronunció sobre las recientes declaraciones de la OEA, aunque el primer ministro, Ariel Henry, expresó en varias ocasiones su negativa a la intervención extranjera.
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