“Continuamos el monitoreo de los gases, que en su mayoría, como hemos dicho, tienen una tendencia a la disminución y están en el entorno de la norma”, explicó la viceministra de la cartera antes mencionada, Adianez Taboada.
Detalló que para el análisis de las muestras tomadas del medio ambiente, han sido incluidas las del aire, la lluvia y el polvo, no solo en esa urbe, sino también en las vecinas provincias de Mayabeque y de La Habana, por donde transitó la nube de humo.
Prosigue vigilancia de los embalses para consumo humano, del litoral, y que no se ha detectado incidencia alguna.
Según el resultado de los análisis de laboratorio, el agua cumple con la norma cubana, y se prevé continuar el monitoreo,
Confirmó Taboada -citada por el diario Granma- que no hay un aumento del número de consultas por enfermedades atribuibles al incendio, como podrían ser las respiratorias.
Con anterioridad, la titular del Citma, Elba Rosa Pérez, explicó que se estudia el comportamiento de todos los indicadores ambientales,y entre las acciones realizadas están la toma de muestras de vegetales, suelos, pastos y otros elementos.
Aclaró que, “los temas ambientales no siempre tienen un impacto en el primer corto plazo, sino en el segundo y en el tercero”.
El siniestro se produjo en la noche del 5 de agosto cuando una descarga eléctrica durante una tormenta impactó el tanque 52 de almacenamiento de combustible de la Base de Supertanqueros de la ciudad de Matanzas, a más de 100 kilómetros al este de La Habana.
Las llamas –ayudada a sofocar con medios y fuerzas especializadas de Venezuela y México- arrasaron con cuatro depósitos de crudo y causaron 16 fallecidos y 132 heridos.
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