Las protestas derivaron en la detención casi total de los servicios internacionales y afectaron a líneas con destino y origen en el aeropuerto internacional de Schiphol.
Esta jornada de paros es considerada aquí como un nuevo revés para esa compañía tras un verano marcado por interrupciones y largas filas en los controles de seguridad, debido al auge de los viajes por la pandemia de la Covid-19 y a la falta de personal.
Schiphol señaló en su sitio web que había posibilidades de que el tráfico ferroviario fuera limitado o se viera interrumpido e instó a los viajeros a emplear transportes alternativos.
Los trabajadores ferroviarios reclaman aumentos salariales y mejores condiciones de trabajo.
Representantes sindicales dijeron que sus afiliados están bajo una intensa presión debido a la falta de personal en la red nacional y necesitan un aumento sustancial de sueldo debido a la inflación que afecta a toda Europa.
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