Hemos adoptado muchas sanciones y ahora tenemos que ver el efecto de ellas, y hasta que sean tan efectivas como esperábamos, creo que sería un error pensar en nuevas condenas, indicó el mandatario citado por la televisión en esta capital.
Al mismo tiempo el jefe de Gobierno señaló que en Occidente y en la sociedad austriaca hay signos de fatiga de las sanciones.
Según él, Viena está en contra del embargo de gas de la Federación de Rusia, pues afectará a Austria y el Ejecutivo debería pensar en las consecuencias.
La ministra de Energía, Leonore Gewessler, aseveró anteriormente que la nación logró reducir su dependencia del gas ruso del 80 por ciento a menos del 50 por ciento, pero esto aun es insuficiente.
Viena trabaja para diversificar los suministros, reducir el consumo de energía y aumentar la proporción de fuentes de energía renovable, declaró recientemente la titular.
Además, se elaboró un plan de contingencia en caso de corte total del suministro.
La situación con los hidrocarburos en los países del denominado viejo continente se agravó después del estallido de conflicto bélico en Ucrania.
El 24 de febrero, Rusia anunció una operación militar especial en Ucrania en respuesta al pedido de ayuda de los líderes de las repúblicas de Donbass.
Varios países de Occidente y sus aliados respondieron al imponer sanciones masivas a Rusia y comenzaron a suministrar armas a Kiev.
Hasta la fecha, la Unión Europea (UE)adoptó siete paquetes de medidas restrictivas contra el gigante euroasiatico, incluido un embargo sobre carbón y petróleo.
El presidente ruso, Vladimir Putin, en esa ocasión expresó que las sanciones occidentales contra su nación dañan las economías de los países que las imponen y también provocan una crisis global.
De acuerdo con él, la obsesión por las medidas coercitivas conducirá inevitablemente a las consecuencias más difíciles e intratables para la UE, para sus ciudadanos, así como para los estados más pobres, que ya enfrentan los riesgos del hambre. mgt/amp