“Para Irán, los derechos humanos tienen un valor inherente, a diferencia de quienes los ven como una herramienta de presión contra los adversarios”, escribió el canciller en su cuenta en la red social Twitter.
El jefe de la diplomacia persa respondió a una publicación hecha la víspera por su homólogo estadounidense, Antony Blinken, donde trató de mostrar a su gobierno como defensor de derechos del pueblo iraní tras la muerte de la joven Mahsa Amini, en una comisaría en Teherán.
Abdolahian enfatizó que si Estados Unidos está realmente preocupado por los derechos de los iraníes, lo mínimo que debería hacer es poner fin a las sanciones inhumanas, “en lugar de derramar lágrimas de cocodrilo».
Amini, de 22 años, falleció hace tres días por supuestas lesiones tras ser detenida el 13 de septiembre por la policia para participar en una clase de educación y orientación sobre las normas de la vestimenta, por el uso incorrecto del hiyab (velo de uso obligatorio en los países musulmanes).
El presidente de Irán, Seyed Ebrahim Raisi, ordenó una investigación minuciosa y urgente sobre los hechos.
En tanto, el ministro del Interior Ahmad Vahidi recalcó que el caso está bajo un seguimiento serio y el parlamento instaló un comité especial para investigar.
De igual forma, el fiscal general Ali Alqasi Mehr aseguró que esa dependencia no permitirá negligencia alguna en ese asunto, pero recalcó que contrarrestará todos los intentos de manipular lo ocurrido.
Por su parte, el jefe de la Policía de Teherán, Hosein Rahimi, rechazó la víspera las acusaciones de los medios de comunicación, que señalan la causa de muerte de Amini como consecuencia de una brutal golpiza mientras estaba en la comisaría, y aseguró que ni siquiera fue maltratada.
Un vídeo publicado el viernes pasado por la Policía muestra que la joven cae al suelo sin tener ningún contacto físico con los agentes, pero la prensa occidental intensificó los ataques contra el Gobierno y las fuerzas policiales.
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