En su discurso ante el 77 período de sesiones de la Asamblea General, Boric explicó cómo hace algunas semanas una propuesta de carta magna para reemplazar la vigente desde la época de la dictadura fue rechazada de manera clara en un plebiscito por 62 por ciento de los votos contra 38.
“Hoy estamos buscando nuevas fórmulas para construir ese lugar de encuentro entre todos los chilenos”, dijo.
El mandatario recordó que la idea de cambiar la Constitución surgió del estallido social de 2019, cuando una gran mayoría de chilenos expresó su malestar frente a la desigualdad y los abusos, ante las largas esperas para recibir atención médica, su hastío por las deudas estudiantiles y su rechazo a las pensiones de miseria.
Si bien durante los Gobiernos democráticos de los últimos 30 años se redujo la pobreza, resulta innegable que el modelo de desarrollo adoptado en Chile ha mantenido una alta concentración de la riqueza llevándonos a ser uno de los países más desiguales del mundo, dijo.
El presidente afirmó que, por eso, lo ocurrido en 2019 no fue una casualidad, sino la consecuencia de innumerables historias de dolor y postergación que se fueron incubando.
Recordó que durante el estallido hubo graves hechos de violencia, como la quema de estaciones del metro, pero también el país fue testigo de una represión descontrolada, que terminó con muertos y heridos y más de 400 personas con traumas oculares debido de la acción del Estado.
Esto constituye una grave violación de los derechos humanos que debe ser reparada, declaró.
En su discurso ante la ONU, Boric llamó a todos los países a anticiparse en la búsqueda de mayor justicia social.
Distribuir de mejor manera las riquezas y el poder debe ir de la mano con un crecimiento sostenible y tengo la convicción de que eso es posible y urgente, aseguró.
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