Las patrullas comenzaron anoche en la llamada ruta 60, que atraviesa la localidad palestina de Hawara, al sur de la ciudad de Nablus.
Hemos sido testigos durante los últimos seis meses del lanzamiento diario de piedras por parte de los palestinos en la carretera, justificó uno de los milicianos al medio noticioso.
Precisamente, la cancillería palestina condenó ayer los sistemáticos ataques de los colonos contra civiles en los territorios ocupados y responsabilizó a Tel Aviv de las consecuencias de tales crímenes.
El Ministerio de Relaciones Exteriores y Expatriados denunció en un comunicado que esas acciones se realizan bajo el amparo de las fuerzas armadas de la vecina nación.
Dos legisladores israelíes criticaron la pasada semana la violencia de ese sector contra los civiles en Cisjordania.
“Los colonos invaden, atacan y se hacen pasar por víctimas”, afirmó en Twitter la diputada Aida Touma-Sliman.
Mientras, el parlamentario Ofer Cassid, del izquierdista partido Hadash, afirmó que “la cooperación entre el terrorismo de los colonos y las fuerzas de ocupación es cada vez más fuerte”.
En un informe presentado en enero último, el Centro de Información Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados (B’Tselem) alertó que la violencia de los colonos es otro método utilizado por la vecina nación para controlar la tierra en la margen occidental.
Ellos ejecutan una variedad de actos que incluyen agresiones físicas, lanzamiento de piedras, amenazas y hostigamiento, daños a árboles y cultivos, vandalismo de automóviles, bloqueo de carreteras e incluso disparos de munición real, cuestionó B’Tselem.
Según cifras oficiales, unos 490 mil colonos israelíes viven a lo largo y ancho de Cisjordania y otros 290 mil en Jerusalén Este, zona ocupada desde la guerra de 1967.
oda/rob