La cita será el 27 de octubre venidero y marcará el interés de Madrid por un acercamiento con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), de cara a la presidencia de España de la Unión Europea (UE) a partir del 1 de julio de 2023.
Durante su Desayuno Informativo auspiciado por la agencia Europa Press, Albares refirió que ya en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas la semana pasada sostuvo reuniones con los ministros de Exteriores de esa región, incluido el canciller venezolano, Carlos Farías.
“Hemos refrendado en la ONU y a nivel de la UE, que América Latina es de lejos la región más “eurocompatible” y al reconocer que hemos estado de espaldas a su realidad durante mucho tiempo, España quiere revertir esta situación”, argumentó el titular.
En ese sentido, subrayó la importancia de terminar por perfilar los acuerdos comerciales con Chile, México y el Mercosur bajo la sombrilla del bloque comunitario, a la vez que proyectar una imagen de acompañamiento a esa zona del mundo en todos sus procesos democráticos.
Antes preguntas de la prensa, consideró que pese a ciertos desaguisados en Latinoamérica, en especial en México, las empresas españolas mantiene una buena cartera de inversiones y negocios, y recientemente estuvo en tierras mexicanas y conversó con su par, Marcelo Ebrard.
El jefe de la diplomacia española, en otro orden, reconoció que el reto de una futura presidencia de la UE también supondrá el tema energético ante sus pocas esperanzas de que la guerra en Ucrania haya concluido para entonces.
“Hay una crisis económica heredada de la pandemia y que se acentuó con las acciones de Rusia en Ucrania; ya hemos acogido a más de 140 mil ucranianos y esta situación no es buena para nadie. Ojalá, lleguemos al diálogo para una solución de paz”, reflexionó.
Acerca del triunfo de la ultraderecha en Italia, con Giorgia Meloni, quien podría convertirse en la jefa del Gobierno, Albares opinó que es muy pronto para juicios concluyentes y faltan semanas para ver un panorama más claro.
Sin pronunciarse abiertamente, el ministro español deslizó que el mundo y Europa en particular vive tiempos difíciles y convulsos, lo cual abre las puertas al populismo, que casi siempre termina en fracaso.
Respecto a los nexos con Marruecos, afirmó que la postura de España con Rabat y el Sáhara Occidental no ha cambiado y el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, en su intervención ante la Asamblea General reiteró “(…) que pasa por una solución política mutuamente aceptable y en el marco de la Carta y resoluciones de la ONU”.
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