La medida, que deberá someterse a discusión próximamente en la Unión Europea (UE), ya provocó una reacción negativa de Hungría, después de las advertencias de Rusia de que ello desestabilizará totalmente el mercado de los energéticos en el orbe.
El Kremlin afirmó que de ninguna forma se someterá a chantaje alguno para determinar su participación sin trabas en el mercado de los hidrocarburos y anunció que se negará a vender crudo a los países que se sumen a la imposición de precios topados.
Von der Leyen llegó a mencionar en sus argumentos la supuesta preocupación de la UE por el acceso de países subdesarrollados a un precio del petróleo que tildó de razonable, aunque admitió la necesidad de castigar así a Rusia en un séptimo paquete de sanciones.
Eso llevará a reducir los ingresos de Moscú, acotó, después que el país euroasiático acumuló más de tres mil millones de dólares en ventas de combustibles solo en los primeros tres meses después de iniciar una operación militar en Ucrania, el pasado 24 de febrero.
Una reciente cumbre de los siete países más industrializados (Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Japón y Canadá) aprobó la imposición de límites al precio del petróleo ruso.
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