Así lo afirmó el embajador de la isla aquí, Carlos Miguel Pereira, al evaluar la evolución de unos nexos en plena madurez y con raíces en la llegada hace 175 años de los primeros culíes del gigante asiático a la nación caribeña.
En entrevista con Prensa Latina, el diplomático describió como un acto de soberanía e independencia de la naciente Revolución cubana, la decisión de romper con Taiwán, reconocer a la República Popular y, en consecuencia, al principio de Una sola China.
Destacó la capacidad de ambos países de trascender en el tiempo, mantener un fluido intercambio de cooperación, diálogo y delegaciones al más alto nivel, así como el papel fundamental de sus respectivas generaciones históricas en el establecimiento de las bases de los vínculos.
Subrayó la labor, consenso y contacto permanente de los dirigentes actuales para delinear una hoja de ruta que garantice un mayor acercamiento, mientras sus gobiernos comparten visiones comunes en defensa del derecho internacional, el verdadero multilateralismo y las causas justas de los países en desarrollo.
Pereira remarcó “el apoyo sistemático, firme e inalterable de China contra el bloqueo” de Estados Unidos, mediante múltiples pronunciamientos oficiales y el voto durante 29 años consecutivos en la Asamblea General de la Organización de Estados Unidos.
En ese contexto, calificó de un hecho extraordinario la condena al cerco hostil expresada de forma directa por el canciller Wang Yi al intervenir ante el organismo internacional la semana anterior.
Al mismo tiempo, Pereira recordó la postura consistente de La Habana en respaldo al derecho de China a proteger su integridad territorial, soberanía, democracia, derechos humanos y los asuntos del Tíbet, Hong Kong, Taiwán y Xinjiang.
Por otro lado, se refirió al crecimiento de los lazos en lo mercantil, económico, financiero y la cooperación, con China ratificada como segundo socio comercial de Cuba, fuente clave de financiamiento en condiciones favorables y partícipe en proyectos de gran impacto para el programa nacional de desarrollo socioeconómico.
Ese florecimiento se reflejó en la firma del plan que implementa la inserción de la isla en la iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda, la adhesión a la alianza energética del mecanismo y el estreno de un pabellón en la plataforma digital JD.com, que permitió introducir al mercado local nuevos productos cubanos con gran demanda.
A juicio del Embajador, hoy en día las perspectivas son grandes y promisorias, pues existe interés de empresas chinas en sumarse a proyectos cubanos, como el establecimiento de un mercado mayorista.
Comentó sobre la buena marcha en la biotecnología, con 18 años de cooperación ininterrumpida y frutos tangibles como la creación de firmas mixtas y el desarrollo conjunto de la vacuna PanCorona, ya con patente y diseñada contra distintas cepas del coronavirus SARS-CoV-2.
Mencionó los esfuerzos para restablecer los flujos de visitantes chinos a Cuba mediante los vuelos chárteres, la prioridad concedida a las inversiones en la zona de desarrollo económico del Mariel y el parque tecnológico de La Habana, y acercar al empresario estatal y no estatal.
Pereira citó las potencialidades en la enseñanza del español y los servicios médicos, donde existe oportunidad de expandir la colaboración hacia otras especialidades más allá de la oftalmología.
“El futuro se torna muy positivo y muy optimista para ambos países y creo que estamos empeñados ambas partes en hacer de esas posibilidades, de esas potencialidades en convertirlas en resultados concretos”, concluyó.
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