En declaraciones exclusivas a Prensa Latina sobre la participación de los cubanos en la Gran Gala de Ballet de anoche, en función única, en el capitalino Teatro Melico Salazar, Carreras recordó que su hermana, Flor, trajo al Ballet Nacional de Cuba muchas veces a Costa Rica.
Refirió que en esta ocasión pidieron la ayuda del Ballet Nacional de Cuba porque estaban muy interesados en hacer una gala muy buena, que significara el regreso del ballet a los escenarios tras varios años de inactividad pública debido a la pandemia de Covid-19.
«Ha sido una experiencia maravillosa. Marcel y Junior han sido una ayuda invaluable para nosotros, no solo por sus actitudes artísticas, por su gran técnica, sino también por sus valores humanos, que ha sido algo espectacular. Ha sido una experiencia tan agradable, tan amable trabajar con ellos que estamos muy agradecidos», resaltó Carreras.
Insistió en que «ya hemos trabajado con el Ballet Nacional de Cuba y siempre hemos tenido una experiencia maravillosa y bueno está también ha sido una experiencia maravillosa».
Jóvenes bailarines de Cuba, Nicaragua y Costa Rica dieron vida anoche a personajes del gran repertorio clásico universal y de obras creadas para la ocasión, en Gran Gala de Ballet que satisfizo al público que llenó el Teatro Melico Salazar.
El virtuosismo, pese a la juventud, consiguió atrapar a los espectadores que aplaudieron la excelente ejecución de movimientos en Aguas Primaverales, la Escena del Balcón de Romeo y Julieta, el Sétimo Vals de Las Sílfides, o los pas de deux de Esmeralda, Harlequinade y Llamas de París.
De ellos, resaltar el desempeño de las jóvenes figuras y dignos representantes de la escuela cubana de ballet Marcel y Junior, quienes sobresalieron en las interpretaciones, el primero, de sus personajes en obras clásicas como Romeo y Julieta o Las Sílfides, y el segundo en Esmeralda y Aguas Primaverales.
En declaraciones a Prensa Latina, Palma, quien integra el Ballet Nacional de Cuba desde hace un año, resaltó la rica experiencia que significó el intercambio cultural con la escuela rusa, así como compartir escena con bailarinas de Costa Rica.
«Es un ámbito al que no estamos adaptados. Es algo muy lindo porque tienen la técnica de la academia rusa, muy diferente de la cubana. Es una mezcla muy bonita», resaltó el joven bailarín cubano.
De su lado, la también joven figura del Ballet Nacional de Cuba Marcel Gutiérrez, con dos años de experiencia en la afamada compañía, calificó de una gran experiencia y de algo bueno compartir con representantes de otras escuelas de baile, porque se mezclan diferentes técnicas y se logran cosas bonitas.
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