Según el Informe mundial sobre crisis alimentarias 2022, de la Red global contra la crisis alimentaria y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) entre las causas de ese escenario destacan los conflictos, la crisis sanitaria y el cambio climático.
Detrás de ellos subyacen siempre dos problemas estructurales: la pobreza y la desigualdad, significó el documento emitido por esa alianza internacional que trabaja para hacer frente a las crisis humanitarias.
Esas instituciones al establecer cinco categorías del hambre ayuda a comprender mejor la magnitud de esa condición al definirla como la escasez de alimentos básicos, sensación incómoda o dolorosa, causada por un consumo insuficiente de energía alimentaria.
Sobre esa base la mencionada Red reportó que al menos 193 millones de personas se encontraban en la fase tres o de crisis en 2021, o sea en la que los hogares acceden a un consumo mínimo adecuado, pero para conseguirlo deben recurrir a estrategias no convencionales o no sostenibles en el tiempo.
De ellas, 40 millones se situaban en fase cuatro y más de medio millón en fase cinco, en las cuales la irregularidad en el acceso a alimentos provoca niveles muy elevados de malnutrición y mortalidad, y la hambruna o estados de inanición, desnutrición y muerte muy críticos, respectivamente.
Así, el mapa del hambre conduce a África, ya que de los 10 países más afectados por el hambre, la mitad son africanos: República Democrática del Congo, Etiopía, Madagascar, Nigeria y Sudán del Sur, lista que se completa con Afganistán, Yemen, Siria, Paquistán y Haití.
También hace un aparte con América Latina, para resaltar que más de 12 millones de personas de cinco países sufren inseguridad alimentaria aguda (categoría tres o superior). Son, además de Haití, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
El informe mundial sobre crisis alimentarias 2022 resalta, además, que los conflictos fueron la principal causa de las crisis alimentarias el pasado año, eventos que dejaron en situación de riesgo a 139 millones de personas de 24 países.
Otra de las naciones en las que más personas sufren hambruna es Madagascar, como consecuencia directa del cambio climático ya que la región sur de esa nación arrastra desde hace ya cinco años intensas sequías que han dejado las tierras yermas y a millones de habitantes en situación de emergencia. La de Madagascar es considerada la primera hambruna del cambio climático.
Diferentes fenómenos meteorológicos extremos, la pandemia generada por la COVID-19 y las crisis económicas son otros de los factores que se retroalimentan y empeoran una situación determinada por la pobreza y la desigualdad. Este año se suma, además, la crisis provocada por la guerra en Ucrania.
Entre las soluciones, los autores del informe ponderaron ayudar a los países a contar con sus propios sistemas alimentarios sostenibles, menos dependientes del exterior y con cadenas de suministro resilientes, para evitar que los alimentos falten.
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