El enviado especial de la ONU para Yemen, Hans Grundberg, lamentó en un comunicado que no se haya alcanzado un consenso para extender el cese de las hostilidades, cuyo plazo venció la víspera.
Grundberg instó a todas las partes en conflicto a mantener la calma y “abtenerse de provocaciones o cualquier acción que pueda conducir a un aumento de la violencia”.
Tanto el Gobierno como los rebeldes hutíes se acusaron mutuamente por el fracaso, mientras crece el temor por la reanudación de los combates.
Esa milicia no vio la tregua como una oportunidad para aliviar el sufrimiento del pueblo, sino como una batalla política y una oportunidad para el chantaje, afirmó Abdullah al-Alimi, miembro del Consejo de Liderazgo Presidencial.
También el general Tariq Muhammad Abdullah Saleh, integrante de ese órgano, criticó al grupo armado por escoger el camino de las armas en lugar del diálogo.
Integrado por ocho personas, el Consejo sustituyó el 7 de abril último al entonces presidente de Yemen, Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, como poder Ejecutivo del país.
“Cada vez que se forma una oportunidad para la paz, la milicia hutí (….) elige desperdiciarla, prefiriendo la opción de la guerra”, denunció en Twitter el primer ministro Maeen Abdulmalek.
En medio de esta situación, el vocero militar de los hutíes, Yahya Saree, amenazó con atacar a las compañías petroleras que operan en Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos porque esas dos naciones respaldan al gobierno yemenita.
En los últimos días se intensificaron los contactos a través de intermediarios, en especial de la ONU, para intentar evitar una escalada.
En ese sentido, más de 40 ONG con presencia en Yemen reclamaron la pasada semana sin éxito prorrogar el cese de las hostilidades, que permitió desde abril disminuir el número de víctima en 60 por ciento.
Si bien ya se lograron avances importantes en estos seis meses, se necesita más tiempo para garantizar que la población pueda comenzar a reconstruir y recuperar sus vidas, consideraron las instituciones, entre ellas Oxfam, el Centro de Estudios de Derechos Humanos de Yemen y Save the Children.
Según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), más de 23 millones de yemenitas, de un total de 31 millones, necesitan asistencia humanitaria o protección, pero las agencias de la ONU sólo pueden proporcionar ayuda a 11,6 millones cada mes.
La situación se agravó este año por la severa sequía que afectó a gran parte de esta nación árabe, seguida luego por torrenciales lluvias que inundaron numersas zonas del territorio nacional.
La OCHA estima que más de 500 mil niños en Yemen sufren desnutrición aguda, incluidos 60 mil afectados por complicaciones médicas que corren el riesgo de morir.
Adele Khodr, representante regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, reveló el pasado mes que desde el comienzo de la conflagración casi 11 mil menores murieron o resultaron heridos.
La guerra estalló en 2014, cuando los rebeldes hutíes se levantaron en armas y ocuparon grandes extensiones del país, incluida su capital, Sanaa.
Al año siguiente una coalición árabe, encabezada por Arabia Saudita, intervino en el conflicto en respaldo de al-Hadi.
jf/rob