Sin escuchar consejos de analistas y políticos afines que le recomiendan enfocarse en el arduo trabajo que le espera por los grandes problemas de la ciudad, en vez de concentrarse en ataques al Ejecutivo, el ganador aun no oficial de la elección del domingo último insistió en pedir la renuncia del jefe de Estado.
También mantuvo, pese a críticas generalizadas, la intención de no hablar siquiera con el presidente y tampoco con sus ministros, alegando que se trata de un gobierno corrupto e incapaz, discurso que tiene como otro contenido central el anticomunismo.
Pese a haber sido elegido para administrar el municipio limeño, asumió el papel de líder de la oposición extrema, al anunciar que se reunirá con el presidente del Parlamento, José Williams.
Señaló que con el titular del Congreso hablará claro sobre las investigaciones abiertas en el congreso a legisladores y los acusó de venderse el Gobierno y pidió que se investigue a otros como el centro-derechista Enrique Wong.
López Aliaga alentó al Congreso, en tono de exigencia, a destituir al presidente, lo que la mayoría opositora ha intentado dos veces sin alcanzar la mayoría requerida, por lo que busca otras vías, y a la fiscal de la Nación, Patricia Benavides.
También dijo que el Legislativo debe aprobar una ley que impida que el exmilitar populista radical Antauro Humala postule a la presidencia, para lo cual se plantea un proyecto que vete a condenados por homicidio (como Humala, que niega el cargo).
Por su parte, el alcalde de Lima declaró que el inminente alcalde debe tender puentes al Gobierno, al margen de diferencias políticas y dijo que para hacer obras municipales importantes es necesario tratar con el Gobierno.
A esa recomendación se sumó el veterano político derechista Carlos Bruce, elegido alcalde de uno de los distritos limeños y quien apoya a López Aliaga. “Yo sostengo que Castillo debe renunciar, pero mientras no lo haga, él es el presidente”, dijo.
La analista Giovanna Peñaflor señaló que López Aliaga ha decidido que la confrontación con el Ejecutivo sea el contenido principal de su gestión municipal.
“No he visto en ningún caso que eso le haya servido a ningún alcalde de Lima, una situación de este tipo no puede resolver los problemas de la gente”, advirtió.
Otro analista, Hernán Chaparro, coincidió con Peñaflor y dijo que el virtual alcalde debe considerar que recibió una votación reducida, la más baja en muchos años, y su discurso beligerante puede agradar a sus votantes, mas no le permitirá ganar mayor apoyo.
“Tiene que reflexionar y que tiene que reunirse con el presidente de la República, por más que le duela y que le ardan los ojos, tiene que reunirse, tiene que conversar”, apuntó el congresista de izquierda Guido Bellido, quien lo criticó por usar al municipio para enfrentarse al Gobierno, lo que daña la ciudad.
El ministro de Trabajo, Alejandro Salas, advirtió que López Aliaga no está en condiciones de decidir si trata o no con el Gobierno, pues la ley lo obliga a hacerlo, y el Ejecutivo está dispuesto a tratar dialogar y coordinar con él.
lam/mrs
