El organismo señaló que el brote se produce en un momento en que los más vulnerables sufren una crítica falta de acceso a los servicios básicos en materia de salud, agua potable, higiene y saneamiento.
Además, los movimientos de protestas sociales que desde mediados de septiembre sacuden al país parece “que van para largo”, mientras el acceso a la terminal Varreux, principal punto de entrada de combustibles al país, sigue bloqueado a pesar de los intentos de la Policía.
La escasez de los hidrocarburos, incluso en el mercado informal, disparó sus precios y como resultado la economía nacional se ralentiza y muchas empresas están obligadas a cerrar.
En este contexto, el desabastecimiento afecta gravemente el funcionamiento de las instalaciones sanitarias, a la Dirección de Agua Potable y Saneamiento de Haití y como consecuencia a la respuesta al brote de cólera, lamentó OCHA.
Desde el anuncio del Ministerio de Salud, se confirmaron dos casos de cólera y se estudian otros 20, mientras que al menos siete personas murieron por la enfermedad.
La víspera, la organización Médicos sin Fronteras alertó que 68 personas fueron hospitalizadas en sus instalaciones con signos como diarrea y vómitos agudos.
La Organización Mundial de la Salud donó a esta instancia más de dos toneladas de insumos médicos para montar un centro de tratamiento que tiene capacidad para atender a 50 pacientes.
Haití ya vivió otro brote de cólera introducido por los cascos azules de la ONU en 2010 y que cobró la vida de casi 10 mil personas y enfermó a otras 820 mil, según datos oficiales.
A la nación caribeña le tomó nueve años eliminar la enfermedad y la situación actual presenta grandes desafíos para las autoridades.
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