En una conferencia de prensa junto al canciller peruano, Javier Landa, también enfocó su interés en temas de la agenda de Washington, como medidas de control migratorio , sin referirse a las políticas antimigrantes en su país.
Preguntado sobre la posibilidad del cese de las medidas de bloqueo económico a ese país, dijo que “no hay ningún cambio en nuestra política de sanciones” y agregó que espera “medidas constructivas” del Gobierno de Nicolás Maduro para un levantamiento gradual de esas medidas.
También pidió elecciones que Washington considere “libres e imparciales”, ratificando la pretensión norteamericana de tutelaje sobre Venezuela
“A la vez revisaremos y recalibraremos las sanciones de ser necesario”, a criterio de su Gobierno, añadió en una tácita amenaza a endurecer aún más su política.
Al mismo tiempo, el secretario de Estado norteamericano aprovechó su estancia en Lima para reunirse con elementos de grupos opositores de países que Estados Unidos tiene en la mira, es decir, Cuba, Venezuela y Nicaragua.
De otro lado, rechazó tomar iniciativas para buscar soluciones diplomáticas al conflicto de Ucrania, a las que Washington se ha negado sistemáticamente, pese a llamados de Rusia a participar en negociaciones de ese tipo.
Por el contrario, acusó a Rusia de realizar acciones contra la vía diplomática y celebró los supuestos éxitos militares de Ucrania, país al que Estados Unidos y sus aliaos europeos suministran material bélico para prolongar el conflicto.
Por otra parte, Blinken se se pronunció por una migración “segura, ordenada y regulada” y saludó a países como Perú que reciben migrantes venezolanos, a tiempo de anunciar fondos para alentar esa política y contra la xenofobia.
No se refirió sin embargo a la político anti-migrante de su país ni a los graves problemas de xenofobia y discriminación existentes en territorio norteamericano.
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