El ministro se declaró sorprendido por la decisión de una ajustada minoría parlamentaria de negar la autorización que el mandatario necesita constitucionalmente para salir del país a visitar El Vaticano, Italia y Bélgica del 12 al 18 de octubre.
Destacó la importancia de la visita al papa Francisco, por una invitación del pontífice, y mencionó la religiosidad da la mayoría de los peruanos, y las reuniones pactadas con líderes de la Unión Europea en Bélgica.
También resaltó las reuniones con organismos como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para tratar sobre la lucha contra la inseguridad alimentaria en Perú.
Exhortó a los parlamentarios que ayer negaron la autorización por 55 votos en contra del viaje, 54 a favor y seis abstenciones “ revisar esa decisión, porque afecta no solo al presidente sinoa la política sino a la política exterior y a la política humanitaria que se busca fortalecer” con la cooperación internacional.
El núcleo duro de la oposición presentó además, ayer mismo, una moción de interpelación a Landa, que puede derivar en su censura o destitución, y el canciller se declaró dispuesto a acudir al Parlamento a exponer la política exterior multilateral, independiente y de respeto al derecho y la democracia.
Añadió que esa política tiene carácter permanente e incluye el apoyo a los pueblo que luchan por la descolonización.
De otro lado, el ministro de Comercio Exterior, Roberto Sánchez, acusó a la oposición de obstruir la política exterior del Gobierno, cuyo manejo es atribución exclusiva del presidente de la República, según la constitución.
El Congreso de la República negó en agosto pasado a Castillo el permiso de viaje a Colombia, para la toma de posesión del presidente Gustavo Petro, lo que dio pie a expresiones de preocupación de gobiernos de la región de diverso signo.
Posteriormente, en septiembre, el Legislativo autorizó el viaje del presidente a Nueva York para participar en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, aunque la oposición lo atacó por la solidaridad con la República Saharaui y con la causa de la soberanía argentina en las islas Malvinas.
También hubo expresiones de irritación opositora por el rechazo de Castillo en la ONU, a los golpe de Estado de cualquier modalidad, incluyendo las de un sector estatal contra otro, que la oposición tomó como alusión a sus afanes para destituir a Castillo utilizando la legalidad forzándola o modificándola con tal fin.
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