El reporte, elaborado por la Confederación de Agricultores directos de Italia (Coldiretti), divulgado este martes en el sitio digital del diario Quotidiano Nazionale, señala que esta situación afecta a unas 25 mil granjas del país vinculadas a la actividad turística.
Esas instalaciones reciben unos 14 millones de visitantes al año, de los cuales más de la mitad son turistas extranjeros, pero “el aumento exponencial de los costos compromete su sostenibilidad económica”, subraya el documento.
Entre sus ofertas se encuentran los servicios de alojamiento, que brindan unas 20 mil 492 empresas de este tipo en toda la nación, así como el senderismo, cabalgatas, visitas a rutas arqueológicas o naturalistas y actividades culturales, entre otras.
El cierre de estas actividades supondría un perjuicio para la agricultura en su conjunto y también para el desarrollo empresarial en zonas desfavorecidas, aseveró Diego Scaramuzza, presidente de la asociación para el agroturismo Terranostra.
Scaramuzza declaró que estas granjas relacionadas con el sector turístico juega un papel central para el desarrollo del campo en Italia, y añadió que actualmente existen estructuras de este tipo en casi dos de cada tres municipios del país, principalmente en los más pequeños.
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