La fuente indicó que inicialmente Suecia abandonó el equipo conjunto de investigación, por supuesta fuga de información, a la cual le siguió Dinamarca.
Por su parte, la investigación alemana cree que los daños en los gasoductos fueron el resultado de explosiones, según autoridades federales.
En el lugar de los hechos trabajaron expertos en explosivos y buzos de la Policía Federal, pero no lograron sumergirse hasta la zona dañada, pues no contaban con el equipo adecuado, por lo que se bajó un dron.
La fuga de gas tiene 8 metros de diámetro y ambos oleoductos tienen dos daños; solo una línea de Nord Stream 2 permanece intacta, señaló ARD.
Previamente, los tres países europeos descartaron la cooperación con la Federación Rusa en la investigación del hecho, lo cual fue enérgicamente criticado por Kremlin.
El pasado 26 de septiembre, la empresa Nord Stream 2 AG, operadora del gasoducto homónimo ruso, anunció una fuga de combustible por causas desconocidas en una de las dos tuberías de la infraestructura cerca de la isla danesa de Bornholm.
Más tarde trascendió que las dos líneas del gasoducto paralelo Nord Stream 1 también habían sido dañadas.
El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia catalogó las explosiones de ataques terroristas y el 30 de septiembre desveló que tenía pruebas que apuntaban a la implicación de determinados países occidentales.
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