La cita levantará su telón a las 10:00, hora local, con una ceremonia desde el Palacio del Pueblo en Beijing que todos los ciudadanos podrán seguir de principio a fin, gracias a transmisiones en vivo por radio, televisión y pantallas gigantes ubicadas en los espacios públicos.
Su cobertura estará a cargo de dos mil 500 periodistas nacionales y extranjeros, concentrados desde el viernes en dos hoteles con régimen de circuito cerrado para evitar cualquier riesgo de infecciones con el coronavirus SARS-CoV-2 (causante de la Covid-19).
Pero como preámbulo, la prensa local repasa los principales avances en lo social, político, económico, tecnológico y diplomático, entre otros, conseguidos desde el 19 Congreso, considerado crucial porque el país buscaba tener una sociedad modestamente próspera para 2021, y necesitaba erradicar la pobreza extrema y la alta contaminación medioambiental.
El PCCh celebró tal aspiración junto a su centésimo aniversario el año pasado, sin descuidar cualquier inconveniente que pueda revertir los resultados alcanzados en un contexto de presiones por la baja natalidad, envejecimiento poblacional, desempleo juvenil, persistencia de la Covid-19 y un escenario global volátil.
Ahora el vigésimo cónclave se encargará de delinear una hoja de ruta para manejar en el próximo quinquenio y más allá, los crecientes riesgos y desafíos que enfrenta China mientras acelera la marcha hacia la ansiada renovación.
El gigante asiático sueña con ser un Estado socialista moderno, próspero, fuerte, democrático, culturalmente avanzado y al nivel de las potencias del primer mundo, al cumplirse los 100 años de su fundación como República Popular en 2049.
Con ese fin el Congreso deliberará y someterá a votación un proyecto de enmiendas a la constitución del Partido, para ponerlo en sintonía con la nueva situación y las tareas que le permitirán impulsar el socialismo con características chinas.
Dichos cambios deben representar por completo la más reciente sinización del Marxismo, los nuevos conceptos de gobernanza, y experiencias en la adhesión y fortalecimiento del PCCh.
La agenda de la principal cita política de China también contempla el análisis de reportes internos, la selección de los miembros del Buró Político del 20 Comité Central de esa formación y los integrantes de su órgano disciplinario.
El Partido Comunista de China desde 2012 lo encabeza como secretario general, el presidente del país, Xi Jinping; tiene más de 96,7 millones de militantes que provienen de todos los sectores de la vida socioeconómica y además 4,9 millones de organizaciones de base.
Un reporte reciente destacó la gran integración de jóvenes, obreros, campesinos, profesionales, mujeres y representantes de grupos étnicos en los últimos años.
Las féminas actualmente son el 28,4 por ciento de la membrecía y en 1949 apenas eran el 11,9, mientras, la proporción de militantes de los grupos étnicos pasó de 2,5 a 7,5 en el período citado.
Una fuerte ofensiva emprendida hace justo una década permitió a los órganos disciplinarios del PCCh investigar y sancionar a más de cinco millones de funcionarios de distintos rangos por delitos relacionados con corrupción, considerado el peor enemigo de esa fuerza comunista.
jha/ymr
