En declaraciones a Prensa Latina, Ramos destacó que el resultado más sobresaliente fue la plata lograda por Sheyla Hernández, quien compitió en los 70 kilogramos de la categoría J2.
Hernández tuvo una excelente actuación al ganar todos sus enfrentamientos ante rivales de buena trayectoria, y solo perdió en el combate por el oro con la italiana Carolina Costa.
Según explicó el entrenador, a la capital azerbaiyana viajaron siete atletas del equipo de parajudo, pero en las pruebas médicas fueron clasificados cinco por las actuales reglas.
Estas nuevas categorías se implementaron por la Federación Internacional de Deportes para Ciegos (IBSA, por sus siglas en inglés) después de la Paralimpiada de Tokio 2020, por lo que se desarrolla un proceso de clasificación en todas las competencias que se realicen hasta los próximos Juegos de París 2024.
Así, en la actualidad existen cuatro divisiones en cada una de las dos categorías las cuales son la J1, que son los atletas con agudeza visual de menos o igual a 2.6, LogMAR y la J2 con agudeza visual dentro de un rango entre 1.3 y 2.5 LogMAR.
Entre los objetivos principales de la delegación cubana en este campeonato mundial de Bakú Ramos recordó que estaba lograr la clasificación por las nuevas normas de la IBSA, la cual alcanzaron cinco atletas.
También lograr la mayor cantidad de puntos para mejorar o incorporarse en el ranking mundial, por el que se seleccionan los clasificados para París 2024.
Este mundial también sirvió para foguear a las figuras jóvenes previo al campeonato panamericano de la IBSA, que tendrá como sede la ciudad canadiense de Edmonton a partir del venidero 8 de diciembre.
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