Según Acnur, las duras condiciones del invierno se añadirán a la escalada de los precios de los alimentos y la energía, el prolongado impacto de la pandemia y obligarán a millones de refugiados a tener que elegir entre comida o calor.
La Agencia estima, por ejemplo, que 3,4 millones de refugiados sirios e iraquíes y las personas desplazadas internas en Líbano, Jordania, Iraq y Egipto necesitarán asistencia básica para preparar y afrontar el invierno.
Asimismo, señaló que a pesar del aumento de las necesidades humanitarias, el financiamiento a las operaciones de asistencia sigue siendo insuficiente, por lo que recientemente tuvieron que reducir programas esenciales en varios países.
La Agencia de la ONU lleva a cabo una campaña mundial de recaudación para el invierno cuyos fondos se destinarán a ayudar a las familias desplazadas en Afganistán, Medio Oriente y Ucrania.
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