En sus primeras declaraciones a la prensa desde que fue despedido por Truss el mes pasado, Kwarteng aceptó su responsabilidad por el impacto negativo que tuvieron las medidas económicas, pero atribuyó el fracaso a la rapidez conque se intentó implementarlas.
Creo que tratamos de hacer muchas cosas demasiado rápido, pero considero que el objetivo estratégico era el adecuado, aseveró el exfuncionario, en una entrevista que concedió al canal TalkTV.
Según Kwarteng, Truss, quien en septiembre sustituyó al dimitente Boris Johnson, rechazó sus consejos de ir más despacio, con el argumento de que tenía solo dos años para gobernar, y había que aprovechar el momento. Como parte de su plan para contener la inflación y estimular la inversión, la gobernante conservadora anunció una rebaja masiva de impuestos, pero sin dar detalles sobre la forma en que pretendía compensar el déficit, lo cual generó el temor de que se disparara la deuda pública británica.
La desconfianza de los inversores desestabilizó el mercado financiero, e hizo que la libra esterlina cayera hasta casi equipararse con el dólar estadounidense por primera vez en décadas.
La primera ministra conservadora despidió entonces a Kwarteng, pero ella también se vio obligada a renunciar poco después, presionada por los miembros de su bancada parlamentaria.
El hecho de que durante la entrevista el exministro de Hacienda se negó a disculparse por el caos económico que provocó el fracasado plan fiscal del Gobierno dio lugar a una avalancha de críticas.
Jeremy Hunt, quien sustituyó a Kwarteng en el gabinete que ahora encabeza el primer ministro Rishi Sunak, dijo que la lección aprendida fue que no se pueden financiar el gasto o los préstamos sin demostrar de dónde procederá el dinero para pagarlos.
Según Hunt, quien tiene previsto presentar la semana próxima un nuevo proyecto de presupuesto, él sí sabe de dónde vendrán los fondos.
La diputada laborista Rachel Reeves, quien se desempeña como ministra de Hacienda en el llamado gabinete a la sombra (opositor), consideró vergonzoso que Kwarteng defendiera en televisión el plan económico que desestabilizó la economía británica.
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