Para algunos ese es el mensaje que el gobierno planta en el imaginario de la población mediante una bien articulada campaña en medios de prensa y en las redes sociales, que de hecho funcionan a la perfección.
Por ejemplo, una reciente encuesta coloca a la policía local como una de las que recibe mayores índices de aprobación de la población (75 por ciento) en el mundo, incluso Gustavo Villatoro, Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, fue aclamado recientemente por jefes policiales en Nueva York por el éxito en el enfrentamiento a las pandillas.
La Policía Nacional Civil (PNC) junto a la Fuerza Armada trabaja de manera articulada para garantizar la seguridad de la población mediante el Plan Control Territorial durante el régimen de excepción, aseguran medios locales.
Observadores desde fuera de la política del llamado Pulgarcito de las Américas preguntan si esa es toda la verdad o es parte de una mentira bien orquestada. Hay o no hay homicidios, cómo se clasifican estos, es otra de las interrogantes.
Recientemente, la publicación digital Resumen Latinoamericano analizó el problema partiendo de informes de la cadena TeleSur y contrastó la versión oficial con la de otros medios.
El Gobierno encabezado por el presidente Nayib Bukele aseveró que en 235 días no se reportaron homicidios, según uin informe publicado por el Diario El Salvador.
Sin embargo, otros medios locales revelaron que ocurrieron 200 en el marco del régimen de excepción implantado en el país desde el pasado 27 de marzo con la justificación de luchar contra “los terroristas”.
Evidentemente existe una contradicción, y de ahí el surgimiento de interrogantes sobre cómo se clasifican los muertos, principalmente a causa de la violencia, ya sea de las pandillas o los que ocurren como parte de la vida cotidiana en cualquier lugar y sistema político mundial.
El mandatario salvadoreño afirmó que “0 homicidios. Los organismos internacionales que están en contra de estos resultados, es porque están a favor de las violaciones a los derechos humanos del 99 por ciento de la población”, respondió esta semana el mandatario a críticas contra la política antipandillas.
Existe un subregistro de víctimas donde no se relacionan las muertes producidas en sucesos de violencia (no incluye a las pandillas), sostiene el informe de Resumen Latinoamericano, lo que pudiera entenderse como una clasificación propia que utilizan las autoridades
De igual forma, el Instituto de Medicina Legal (IML) tampoco recopiló los prisioneros asesinados en las instalaciones penitenciarias, los que son catalogados como información “inexistente”, pese a las denuncias de familiares que algunas de las víctimas que claman justicia alegando que sus seres queridos murieron en la cárcel sin ser pandilleros.
Diversas organizaciones internacionales interpusieron más de seis mil denuncias tras la medida declarada por el Gobierno, la cual es calificada como inconstitucional por la oposición en el país.
Evidentemente hay una contradicción en términos de clasificar los homicidios. Innegables son los resultados alcanzados por el gobierno en términos de seguridad. La gente de a pie lo dice, ya no está la presión de las pandillas, hay otro aire en las calles. Entonces, por qué ocultar información, se preguntan algunas fuentes.
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