Al intervenir ante la cumbre de esa organización aquí, el presidente Xi Jinping llamó a sus miembros a asumir las responsabilidades inherentes por ser los principales actores internacionales y regionales, y jugar el papel ejemplar en promover el progreso común y aumentar el bienestar de la humanidad.
“La solidaridad es la fuerza, mientras que la división no lleva a ninguna parte. (…) Trazar líneas ideológicas, o promover la política de grupos y la confrontación entre bloques sólo dividirá el mundo e impedirá el desarrollo global y el progreso humano”, indicó.
Xi urgió a dejar atrás la mentalidad de Guerra Fría, abrir nuevos horizontes para la cooperación de ganancias compartidas y fomentar el respeto mutuo mientras se busca puntos de coincidencia, supera las diferencias y convive en armonía.
Abogó por estructurar una economía mundial abierta, en vez de procurar beneficios propios a expensas de los vecinos, construir “un pequeño patio con vallas altas” o formar “pequeños círculos” cerrados y exclusivos.
Remarcó que el desarrollo será real sólo cuando todos los países crezcan juntos y llamó a los más ricos a ayudar sinceramente a los demás con el aseguramiento de más bienes públicos globales.
En ese punto, el mandatario se refirió al apoyo de más de 60 Estados a una propuesta de China con vistas a cubrir a largo plazo las necesidades inmediatas del progreso común en el orbe.
Anunció la entrega de más financiamiento al Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para la Paz y el Desarrollo, y el establecimiento de un banco para respaldar proyectos en el contexto de dicha iniciativa.
Xi Jinping consideró imperativo construir una asociación global para la recuperación económica, expresó apoyo a la Unión Africana a incorporarse al G20 y solicitó aumentar el acceso asequible a vacunas, medicamentos y materiales en la lucha contra la pandemia de Covid-19.
Mencionó la pertinencia de aliviar la deuda a naciones pobres, transitar hacia el crecimiento verde y bajo en carbono, defender al multilateralismo, facilitar el comercio y las inversiones, y persistir en la tolerancia cero contra la corrupción.
Entre otras cuestiones, exhortó a neutralizar los conflictos a través de negociaciones y apoyar todos los esfuerzos conducentes a la solución pacífica de las crisis, así como a ampliar las coordinaciones para garantizar la seguridad alimentaria y energética.
“China seguirá el camino de desarrollo pacífico (…) Una China encaminada hacia la modernización traerá más oportunidades al mundo, inyectará un impulso más fuerte a la cooperación internacional, y aportará mayores contribuciones al progreso de toda la humanidad”, concluyó.
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