La acción apuntó contra la denominada Aldea Verde ubicada en el referido yacimiento donde el Pentágono estableció su mayor base en esta nación levantina y en la que se concentran tropas norteamericanas y efectivos de las llamadas Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), patrocinadas por Washington.
El Comando Central de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos informó en un comunicado que el bombardeo no causó bajas ni daños materiales, pero puso en peligro a las fuerzas desplegadas ahí.
Los ataques contra estos enclaves en Siria se incrementaron en los últimos meses mientras aumenta el rechazo popular a cualquier forma de ocupación de las tierras sirias.
En varias ocasiones, las tribus y clanes locales manifestaron el rechazo contundente a las fuerzas extranjeras presentes sin permiso oficial en territorio nativo y convocaron a la resistencia popular, incluida la armada, contra los ocupantes foráneos.
Estados Unidos mantiene desde 2014 una quincena de enclaves militares ilegales, en su mayoría en los campos de petróleo y gas, y el gobierno de Damasco denunció repetidamente esa presencia ilegal, la cual calificó de ocupación, y aseguró que las acciones de Washington en Siria incentivan la actividad terrorista.
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