Tras la victoria electoral a principios de mes de la coalición ultraconservadora, Ben Gvir reclamó esa cartera con amplios poderes, pese a las objeciones de numerosos países, incluido Estados Unidos, estrecho aliado de Tel Aviv.
De consumarse el acuerdo, los palestinos sufrirán mucho más la violencia y el racismo, estimó Suhail Kiwan, especialista en asuntos políticos.
En declaraciones a la agencia de noticias Safa, Kiwan advirtió que en los territorios ocupados “habrá más restricciones y facilidad (de los soldados israelíes) para apretar el gatillo contra los palestinos”.
El nombramiento de Ben Gvir, quien tiene un discurso abiertamente antiárabe, racista y xenófobo, sería una supresión de todas las líneas rojas, lo que se traducirá en el incremento de las ejecuciones, tiroteos y procesamientos, así como de demoliciones de estructuras en la zona, subrayó.
Ante esa situación, advirtió que los palestinos “no se quedarán de brazos cruzados y responderán con fuerza” a esos crímenes.
El acuerdo para otorgar poderes a ese extremista sobre la policía israelíes equivaldrá a un cambio en la política de ese de cuerpo en el trato a los palestinos, afirmó Imtanas Shehadeh.
Por tanto, esperamos “un aumento en el número de ejecuciones y el uso de la fuerza y la represión hacia cualquier incidente relacionado con los palestinos”, coincidió.
Acusado más de 50 veces y condenado ocho por disturbios, vandalismo e incitación al racismo, Ben Gvir es conocido por tener durante años en la sala de su casa una foto de Baruch Goldstein, quien asesinó a 29 palestinos en la Cueva de los Patriarcas en 1994.
Asimismo, fue discípulo del asesinado rabino ultranacionalista Meir Kahane, cuestionado por sus ideas radicales y extremistas, rechazadas incluso por otros políticos de la derecha israelí.
Nombrar a Ben Gvir como ministro de Seguridad Interior es como escoger a David Duke, dirigente histórico del grupo racista Ku Klux Klan como Fiscal General de Estados Unidos, advirtió este domingo el rabino Rick Jacobs.
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