El juez del Tribunal Constitucional (TC) Gustavo Ticse dijo que llevará varios meses la demanda competencial presentado por el parlamento sobre la decisión del Gobierno de dar por negado un pedido de confianza que el Congreso declaró improcedente.
Castillo procedió en consecuencia con su interpretación y siguió el procedimiento de aceptar la renuncia de su gabinete y lo renovó, frente a acusaciones opositoras de que se propone, con una nueva censura rechazada, la disolución constitucional del Legislativo.
Por eso el Congreso aprobó por una mayoría contundente de opositores y progresistas, apelar al TC y plantear ante esa corte al mismo tiempo una medida cautelar, a fin de evitar que, antes del fallo de fondo, el presidente ejecute un plan que el Gobierno niega.
El mayoritario afán de evitar el cierre del Legislativo alentó a la derecha extrema y sus aliados del llamado centro a activar las dos veces fracasada vacancia (destitución) del mandatario y se presentó además una denuncia contra el Gobierno en pleno, por supuesta infracción constitucional.
El centro-derechista promotor de la vacancia, Edward Málaga, declaró que su moción cuenta ya con 77 votos y compromisos verbales de apoyo que elevan la cifra más allá de los 87 (dos tercios del total), mientras representantes de bancadas progresistas señalaron que todavía no fijan posición al respecto.
Fuentes de ese sector señalaron que pesa en algunos el deseo de no perder sus curules, lo cual podría inclinarlos a votar por la vacancia.
El sector de extrema derecha está tan optimista, que una de sus integrantes, Patricia Benavides, planteó que la vacancia podrçia aprobarse antes del plazo de 30 días que tiene el Congreso para decidir si otorga o no confianza al nuevo gabinete, dilema en el que la negación podría ser usada para la temida disolución.
Consultada al respecto por Prensa Latina, la congresista Margot Palacios, del partido de izquierda Perú Libre, dijo que su bancada no ha definido su posición sobre la vacancia y opinó que debe haber una salida a la crisis con la continuidad del presidente y los legisladores en un clima de gobernabilidad.
Palacios indicó que la vacancia puede generar grandes protestas y la disolución del Congreso también causará reacciones importantes, por lo cual la salida podría ser convocar una asamblea constituyente -lo cual la derecha y el centro rechazan- y nuevas elecciones presidenciales y parlamentarias con nuevas reglas.
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