Mucho menos mediática que la realizada en 2018 al entonces jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, la estancia de Macron incluirá, además de las conversaciones oficiales con su par anfitrión el jueves, una visita el viernes a la sureña ciudad de Nueva Orleans, fundada en el siglo XVIII por colonos franceses.
En medio de las consideraciones sobre el carácter histórico del viaje, que convertirá al líder del Elíseo en el primero en recibir dos invitaciones de Washington al más alto nivel, sobresale el malestar europeo por la Ley de Reducción de la Inflación aprobada por el Congreso, la cual pudiera desatar una nueva guerra comercial Estados Unidos-Europa.
La administración Biden buscará evitar que el espinoso asunto centre el diálogo, después de que la primera ministra francesa, Elisabeth Borne, asegurara que “no nos quedaremos de brazos cruzados”, frente al proteccionismo implícito en la iniciativa para subvencionar las tecnologías verdes fabricadas en el país norteño, como los autos eléctricos.
Estamos dispuestos a abordar el tema y a encontrar la manera de canalizar las inquietudes, afirmó el vocero John Kirby.
El conflicto en Ucrania será también parte del encuentro de os mandatarios, ambos con una marcada postura antirrusa, así como el propósito de Washington y París de superar la crisis de los submarinos, que enturbió sus vínculos el año pasado, después de que Estados Unidos malograra un multimillonario contrato francés con Australia.
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