Las nuevas reglas obligan a los trabajadores estatales a laborar con luz natural y reducir la temperatura en las oficinas, apagar todos los electrodomésticos después de la jornada y usar impresión en blanco y negro.
En ese contexto también se apagó la iluminación de la fachada de la Oficina del primer ministro y se redujo el trabajo de la administración de Cracovia.
Por su parte, el Ministerio de Clima y Medio Ambiente destacó que la agencia tiene una larga historia de políticas de conservación de energía, pero reconoció que en esta ocasión se tuvieron que implementar restricciones adicionales.
Entre esas medidas menciono el uso de lámparas de mesa por parte de los empleados en lugar de las de techo y el límite de la calefacción de espacios a 19 grados centígrados.
Anteriormente se informó que los polacos comenzaron a comprar lignito para calentar casas, aunque los expertos señalan que la mayoría de las estufas en Polonia no son aptas para ese carbón mineral y también emiten grandes cantidades de contaminantes a la atmósfera.
Según sus pronósticos, por tal razón a los polacos les esperan hornillos rotos y enfermedades por el aire contaminado.
Los problemas con los hidrocarburos en Polonia se agudizaron tras el estallido del conflicto bélico en Ucrania.
Varios países occidentales activaron sanciones económicas contra Rusia después de que su Gobierno reconociera a las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk e iniciara una operación militar especial ante la solicitud de ayuda de estas para contrarrestar la agresión de grupos paramilitares neonazis y el Ejército de Kiev.
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