Por Marta Denis Valle
Historiadora, periodista y colaboradora de Prensa Latina
Al frente de la Columna No. 8 Ciro Redondo, el Che coronó su prestigio militar, sin rebajar los méritos anteriores, con la invasión y campaña rebelde en Las Villas (segundo semestre de 1958).
La Ciro Redondo partió de la Sierra Maestra el 31 de agosto de 1958, en marcha de 536 kilómetros hasta llegar a la Loma del Obispo -actual provincia de Sancti Spíritus, zona central de Cuba- el 16 de octubre. Por otra parte, la Columna No. 2 Antonio Maceo, al mando de Camilo (1932-1959), su discípulo, amigo y fiel apoyo en la nueva empresa, liberó el norte villareño.
Días antes, la Columna Antonio Maceo salió también de la Sierra Maestra -el 21 de agosto de 1958- y el 7 de octubre estableció su primer campamento en suelo villareño, en la Llanada de Aluano, con un recorrido de 470 kilómetros.
La situación demandó que las fuerzas de Camilo permanecieran allí, operando en La Cordillera, montañas del extremo norte, aunque el objetivo previsto era extender la insurrección hacia la más occidental provincia de Pinar del Río.
El Che estableció su campamento en la loma del Caballete de Casas -una montaña de 764 kilómetros de altitud, ubicada a 30 kilómetros de la ciudad de Fomento, en una ladera estratégica del Escambray-, donde operó una estación de radio y fundó una escuela de reclutas.
Tuvo la condición de Jefe de todas las unidades del Movimiento 26 de Julio (M-26-7) en operaciones en Las Villas y logró establecer una serie de acuerdos con otros grupos insurrectos.
La invasión de cada columna con un centenar de integrantes, como las experiencias anteriores de las guerras independentistas, siguió la divisa de quitar las armas al ejército enemigo y sumar nuevos combatientes a la lucha.
Esta vez, sin la protección de bosques y bajo el hostigamiento de la aviación y el ejército batistianos.
Con esta campaña diseñada por la Comandancia General del Ejército Rebelde, llegó la guerra de liberación desde la Sierra Maestra a la región central.
Estas operaciones apoyaban la Ofensiva General del Ejército Rebelde, en Oriente, dirigida por su Comandante en Jefe, Fidel Castro, con la participación de varios frentes y columnas guerrilleras.
LA UNIDAD DE LAS FUERZAS
Con amplias facultades de la Comandancia General del Ejército Rebelde, el Che aplicó el principio de unidad y organización con vistas a preparar una gran ofensiva.
El 1 de diciembre fue suscrito un documento de unidad por el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y el M-26-7, que permitió el éxito.
En pocos meses, fueron tomados los principales poblados y ciudades al costo de inteligencia y coraje, con el apoyo masivo de la población que vitoreaba a los rebeldes y se incorporaba a sus filas.
Quedaron en poco tiempo liberados los principales poblados y ciudades: Fomento, Cabaiguán, Guayos, Placetas, Sancti Spíritus, Remedios, Caibarién, Santo Domingo y Trinidad.
Ante el avance rebelde, el enemigo abandonó los pueblos de Cumanayagua, Camarones, Cruces y Santa Isabel de Las Lajas.
Dinamitados puentes y cortados el ferrocarril central y carreteras en varios puntos, fueron también asediados y tomados cuarteles y poblaciones del llano.
Hubo trasmisiones de la Radio Rebelde de Las Villas a partir del día 13, que informaban y alentaban sobre el curso de la campaña.
En los últimos meses de guerra se cumplió la misión que parecía imposible, interceptar y paralizar los movimientos de las tropas enemigas desde Occidente hasta Oriente y también derrotarlas, es decir, partió en dos el país.
Santa Clara, la capital provincial, era el principal empalme ferroviario y el nudo de las carreteras del centro de Cuba; fue la mayor plaza liberada del país, en combate por las armas del ejército revolucionario.
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