Al mismo tiempo, las autoridades ofrecerán a los agricultores más del 100 por ciento del costo de sus empresas para el cierre de la producción, destacó la televisión en esta capital.
Según ellas, el próximo año seguirán compras forzadas de granjas si las medidas voluntarias no funcionan.
De acuerdo con la fuente, a los agricultores se le presentará un conjunto de opciones: innovación para reducir las emisiones, transición a un nuevo tipo de negocio y la expansión de una manera que reduzca su influencia, mueva o detenga la producción.
Las autoridades ven la medida como una última oportunidad para el sector agrícola, que emite alrededor del 45 por ciento de los gases de efecto invernadero, incluido el amoníaco y la escorrentía de nitrógeno de los fertilizantes.
Analistas indican que los principales contaminantes industriales en los Países Bajos son la empresa Tata Steel, el aeropuerto de Schiphol, las refinerías propiedad de Shell, BP y Esso, Dow Chemicals y entidades industriales como Olam Cacoa y Cargill Cacoa.
Mientras tanto, un reciente informe de investigación del gobierno sugiere una reducción del 30 por ciento en la población de ganado para 2030.
Una publicación reciente del Centro Volkskrant sugiere, que a pesar de los esquemas de compra voluntaria anteriores, solo unos 30 agricultores dejan de trabajar.
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