Un equipo de esa entidad citó entre los principales problemas planteados por la población a los prolongados confinamientos, la actitud inflexible de funcionarios y la falta de comunicación e información suficiente sobre la situación epidemiológica.
Llamó a la sociedad a denunciar a los responsables de cerrar sin permiso las escuelas, detener la producción, bloquear el tráfico o suspender las labores en hospitales, al asegurar que tales conductas deben sancionarse en concordancia con las leyes.
Aclaró que si un área clasificada con alto riesgo de transmisión del coronavirus SARS-CoV-2 (causante de la Covid-19) no reporta nuevas infecciones en un lapso de cinco días, entonces de inmediato debe degradarse dicha categoría, levantar el confinamiento y reducir la frecuencia de las pruebas PCR.
Según el equipo del Consejo de Estado, China sigue estudiando y ajustando el mecanismo sanitario para garantizar la protección del pueblo y minimizar su impacto en la vida socioeconómica.
Estas declaraciones emergen en medio de las acciones del Gobierno central de China por hacer cumplir las flexibilizaciones introducidas a la estrategia antiCovid-19 en noviembre pasado y su ofensiva contra la persistencia de prácticas polémicas que causan malestar social y destaparon protestas sin precedentes el fin de semana anterior.
En ese contexto, en los últimos días cada vez más regiones del país, incluido las localidades más golpeadas por el actual rebrote de la enfermedad, eliminan algunas medidas sanitarias y simplifican el alcance de otras.
Muchas ciudades dejaron de exigir resultados negativos de pruebas PCR para tomar el transporte público y tampoco lo pedirán a ancianos, estudiantes y trabajadores que se mantienen en casa.
También comenzaron a abrir más negocios y centros comerciales, mientras las autoridades procederán con una campaña nacional para ampliar la vacunación, especialmente, de adultos mayores y otros grupos considerados vulnerables.
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