El extitular de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) José Luis Fernández dijo a la prensa que entregará a la Fiscalía contra la Corrupción en el Poder, pruebas (audios) de sus afirmaciones, que involucrarían a Castillo en actos de corrupción de sus sobrinos, Jaime y Fray Váquez y Rubdel Oblitas.
Aseguró que Oblitas, enviado por Castillo, le pidió dinero de los fondos reservados de la DINI para sobornar a un periodista, y 500 mil dólares para contratar a un operador extranjero que gestionaría una donación para la DINI de 30 millones de dólares, lo que negó y, sostuvo, reportó a Castillo, sin que este hiciera nada.
También señaló que el exministro de Transportes Juan Silva, prófugo desde hace meses, huyó al exterior ayudado por el presidente y el exministro del Interior Dimitri Senmache.
La legisladora Maricarmen Alva, de oposición extrema, afirmó que las declaraciones de Fernández deben tener como efecto que el Congreso de la República vaque (destituya) a Castillo mañana, cuando el pleno decidirá sobre una movión de vacancia.
Fernández hizo la declaración tras ser liberado luego de unos días de detención por presunta corrupción, al igual que otros funcionarios inculpados por la Fiscalía y posteriormente a su arresto cesó en el cargo.
El exoficial de Policía evidenció rencor contra Castillo y se pronunció por su destitución.
Tras la libertad de Fernández, fuentes judiciales y medios de prensa consideraron posible que hubiera salido de prisión a cambio de inculpar a Castillo, lo que el Gobierno considera método perverso y hasta tortura psicológica que lleva a los detenidos a culpar en falso al mandatario.
El periodista César Romero, especializado en temas judiciales, cuestionó el hecho que Fernández no haya presentado pruebas de inmediato, que es lo que se necesita para decidir la suerte de Castillo.
Recordó que quedaron en nada declaraciones de colaboradores de la fiscalía como los empresarios Kerlim López y Zamir Villanueva, quienes hace muchos meses evitaron la prisión tras imputar al presidente y su entorno, lo cual la oposición consideró como definitivo, sin que hasta ahora hayan probado sus dichos.
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