El dictamen para su aval impulsado por los partidos oficialistas Morena, del Trabajo y Verde no lograron los 334 votos requeridos para conseguir la mayoría calificada obligatoria por tratarse de una reforma a la Carta Magna y se quedaron en 229, mientras el Nacional (PAN), Revolucionario Internacional (PRI) y Revolucionario Democrático (PRD) acumularon 225.
La algarabía en las gradas fue tremenda cuando se leyeron los resultados que se sabían ya desde días antes pues ninguno de los tres partidos de oposición cedió en sus posiciones, y esta mañana en su conferencia de prensa el presidente Andrés Manuel López Obrador dio por hecho su rechazo.
Ante lo que ya se veía como un hecho irreversible, el mandatario dijo que presentaría inmediatamente un Plan B.
Aunque no logrará los cambios estructurales planteados en la reforma, como dejar en 300 los actuales 500 diputados, eliminar los super salarios de los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) y ministros del Tribunal Electoral, el Plan B tratará de modificar leyes secundarias que apunten a esos propósitos.
Mientras los dirigentes del PAN y el PRI convocaron conferencias de prensa, primero para ratificar que votarían en contra, y luego para celebrar que impidieron a Morena aglutinar a dos tercios de los diputados, los de Morena defendieron la reforma y la consideraron necesaria.
El coordinador oficialista, Ignacio Mier, manifestó que quienes se opusieron votaron en contra de la pensión para los adultos mayores y las becas para estudiantes de familias necesitadas.
Su adversario del PRI, Rubén Moreira, argumentó que su partido lo hizo en contra porque dada la cercanía de los comicios presidenciales de 2024, no es oportuno ni prudente la reforma que se propone.
Aclaró, sin embargo, que la negativa priísta no significa un cheque en blanco para el INE, organismo al que le exigió austeridad en su operación, prudencia en sus posiciones políticas y mejora en sus procesos institucionales.
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