El mandatario salvadoreño abordó las frecuentes críticas contra su gobierno de instituciones como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), un órgano principal y “autónomo” de la Organización de Estados Americanos (OEA) que no para en sus críticas a las políticas contra las maras o pandillas.
En un mensaje en redes sociales, Bukele calificó de “esquema perverso” los que promueven estas instituciones, las organizaciones no gubernamentales que financian y medios de prensa que adversan la política gubernamental.
“Estos organismos tienen intereses invertidos en que siga el baño de sangre en Latinoamérica. Atacan a quienes luchan contra el crimen y el terrorismo, mientras promueven formas para que los criminales y terroristas accedan o vuelvan al poder político”, remarcó el gobernante.
Estos organismos –dijo- no buscan que el problema de la violencia se erradique en la región, por lo que critican medidas efectivas como las tomadas durante su gestión en El Salvador.
La CIDH, la OEA y otras organizaciones aprovechan toda oportunidad y ponen a disposición mecanismos complejos para oponerse a medidas que combatan de frente dicha problemática, como lo están haciendo en El Salvador, remarcó.
“¿Han notado cómo los grandes medios y las ONGs han arreciado sus ataques en los últimos días? Aquí está la razón. No es que les interese El Salvador (nunca les interesó), su temor es que tengamos éxito, porque otros gobiernos querrán imitarlo. Temen al poder del ejemplo», puntualizó en el mensaje en su cuenta de Twitter.
En los últimos días el gobierno salvadoreño ordenó a la Fuerza Armada y a la Policía Nacional Civil (PNC) desplegar la fase V del Plan de Control Territorial, que permitió hasta este jueves la detención de cerca de 275 pandilleros en el municipio de Soyapango.
Desde que el gobierno intensificó la ofensiva contra las maras en marzo último tras un fin de semana con 87 muertos, lo cual motivó fuera decretado el estado de excepción para combatir la violencia y los homicidios, se desencadenó una persistente campaña de grupos asentados en Estados Unidos.
Aunque imperfecta porque en las redadas cayeron personas presuntamente inocentes, las acciones gubernamentales tienen un fuerte respaldo entre la población que, según criterios de expertos locales durante años, fue rehén del crimen organizado.
Hasta ahora el número de maras detenidos supera los 59 mil de un estimado oficial de cerca de 118 mil, muchos de los cuales escaparon a naciones vecinas e incluso hacia Estados Unidos, en cuyas calles nacieron esas pandillas durante el siglo XX.
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