En declaraciones exclusivas para Prensa Latina, Hatzín Navarrete, protagonista del filme, indicó que la película trata los problemas que sufre la población en el norte de México, las desapariciones y el abuso por parte de los dueños de las maquilas, realidades que son comunes a otras regiones de América Latina.
“La trama del largometraje se centra en el viaje de un adolescente para recoger los restos de su padre, enterrados en una fosa en el desierto, pero en el regreso ve a un hombre idéntico a su progenitor, y en ese momento se llena de inquietudes, por saber si ese hombre es su padre, o si su padre está en la caja”, explicó el actor.
En ese contexto, el muchacho entra en el convulso escenario de los progenitores ausentes, algo frecuente en la región; pero la cinta también pone sobre la mesa los conflictos vinculados a las masculinidades, la explotación laboral y la desaparición de las mujeres en México.
El audiovisual muestra a un hijo que intenta ganarse nuevamente el cariño de su padre: Mario, quien realiza trabajos turbios, pues se dedica a reclutar personal para las fábricas que ofrecen malas condiciones laborales. La cinta llama la atención sobre el valor de la familia y lo que estás dispuesto a hacer para tener una, dijo Navarrete.
“Esta cinta fue un reto, ya que es mi debut en el cine, nunca había estado frente a un cámara, sin embargo esto nunca fue un problema para mi, debido al trabajo en conjunto con el director, quién creó una conexión con los actores del set”, añadió.
Con las actuaciones de Hernán Mendoza, Elián González, Cristina Zulueta, Dulce Alfaro y Graciela Beltrán, la película “propone un nuevo descenso a los infiernos que también es retrato sociológico y hasta antropológico de un continente entero”, reseña la crítica especializada.
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