Para los realizadores del estudio, publicado en el Diario Extra, la poca generación de empleo, particularmente para las personas jóvenes, atenta contra el crecimiento económico y se convierte en un riesgo para la seguridad del país.
Las estadísticas añaden además que si el nivel de pobreza nacional se ubica en 25,5 por ciento, el de los jóvenes en el grupo etario mencionado asciende a un 26,8 por ciento.
Asimismo, la investigación sostiene que cuando los jóvenes logran insertarse al mercado laboral, ocupan puestos de menor calidad, ya sean temporales, informales y con menor remuneración, lo cual -apunta- implica menores posibilidades para estudiar, ahorrar o adquirir una vivienda propia y mayor incidencia de pobreza.
Por eso, refiere el Colegio de Ciencias Económicas, los jóvenes son más propensos a delinquir y o ser presa fácil de actividades ilícitas, para buscar su sustento y lo que califican de ‘oportunidad’ de mejorar su bienestar material.
A todo lo anterior, el estudio agrega que en la última década, en promedio, un 21 por ciento de jóvenes de 15 a 24 años ha estado simultáneamente fuera del sistema educativo y el mercado laboral.
El informe sobre la investigación concluye que los altos niveles de deserción de secundaria y el incremento en la pobreza incrementan aún más el riesgo de la deserción, lo cual, a su vez, incrementa las posibilidades de que más hogares caigan en condición de pobreza. «Es un círculo vicioso», subraya.
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