Definido como la pérdida de vegetación forestal por causas naturales o por un mal manejo del bosque, ese proceso es provocado por la acción de los seres humanos y que degrada los bosques debido a la pérdida de las condiciones que les permiten regenerarse.
Según el último informe del Programa ONU-REDD, el Centro Mundial de Vigilancia de la Conservación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la iniciativa Green Gigaton Challenge la agricultura, la deforestación mundial y otros cambios en el uso de la tierra fueron responsables del 25 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
A partir de esa cifra esos organismos llamaron a detener la deforestación y la degradación de los bosques como un objetivo vital de los seres humanos para la supervivencia de los ecosistemas, dada la urgencia de mantener una buena salud de los bosques, ya que ayudan a reducir el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera.
El documento significó que no se está por el camino correcto para lograr el propósito de invertir y poner fin a la deforestación para el año 2030, lo cual permitirá cumplir la meta del Acuerdo de París de limitar la temperatura mundial a 1,5°C.
Asimismo, señaló entre las principales causas de la deforestación a nivel mundial a los incendios forestales y las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
La ONU consideró fundamental eliminar las emisiones de la deforestación, ya que se podrían reducir las emisiones netas mundiales hasta en un 30 por ciento.
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