Por tales hechos fueron acusados Washington de Oliveira Sousa, Alan Diego dos Santos y Wellington Macedo de Souza, todos confesos partidarios del derrotado mandatario Jair Bolsonaro.
De Olivera Sousa carga con la responsabilidad de colocar el artilugio en un camión cargado de queroseno de aviación.
Arrestado con aparatos de guerra en su casa, el criminal admitó que procuraba perpetrar el atentado mediante el estallido del vehículo en la ceremonia de posesión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, realizada el 1 de enero.
«Preparado para matar o morir», afirmó el bolsonarista (adepto del exmilitar), quien permanece detenido en una cárcel de máxima seguridad cerca del DF.
El 24 de diciembre comenzó la investigación después que el conductor del vehículo cisterna avisara a la policía, que posteriormente detonó el explosivo de manera controlada.
La decisión de procesar a los tres sujetos es del juez Osvaldo Tovani, de la octava Corte Criminal de Brasilia.
El pasado martes, Tovani acogió la denuncia presentada por el Ministerio Público del DF y el proceso se convirtió en acción penal.
A partir de una indagación de la Policía Civil, se descubrió la presunta participación de los tres acusados y el plan fue diseñado, junto con asistentes y seguidores asentados en un campamento bolsonarista frente al cuartel general del Ejército.
La finalidad de los denunciados era «cometer infracciones penales que pudieran causar conmoción social para que hubiese una intervención militar y se decretara el Estado de Sitio», indica un fragmento de la acusación.
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