La jornada comenzó cerca del mediodía, cuando grupos de manifestantes provincianos, llegados de regiones en las que en las últimas dos semanas hubo medio centenar de muertes, y capitalinos desfilaron con banderas peruanas y multicolores al viento y carteles de reclamo de la renuncia de la presidenta Dina Boluarte.
Eran varios grupos que tomaban rutas diferentes, sin coordinación y custodiados por los flancos y la retaguardia por los policías integrantes de la fuerza de cerca de 12 mil uniformados desplegados.
En el trayecto, la numerosa fuerza policial formaba barreras uniendo sus escudos para cerrar el paso a los marchistas cuando tomaban una ruta que los llevaría a la Plaza de Armas, donde está el Palacio de Gobierno, o al Palacio Legislativo, ambos espacios bloqueados, u otro punto oficialmente vedado.
En el transcurso del día, los grupos de manifestantes fueron convergiendo en una esquina que lleva al Palacio Legislativo hasta conformar una multitud a la que se sumó la marcha del movimiento sindical, organizada por la Confederación General de Trabajadores (CGTP).
Un grupo de jóvenes se enfrentó lanzando piedras a la barrera policial que les impedía el paso y lanzaba granadas de gas lacrimógeno. Lograron quebrarla más de una vez, haciéndola retroceder dispersa, pero la valla humana volvía a rehacerse.
Desprendimientos de ese grupo intentaron avanzar por el centro histórico de la ciudad y al parecer intentaban llegar al diario conservador El Comercio, y sostuvieron un largo enfrentamiento con la Policía, con piedras de un lado y gases lacrimógenos del otro, y fuentes policiales reportaron nueve policías heridos o lesionados.
Al final de la jornada, otro grupo trataba de llevar su protesta a los exclusivos barrios de San isidro y Miraflores, pese a que la Policía les cerraba el paso una y otra vez.
Entretanto, la CGTP calificó de contundente el paro nacional de apoyo a las demandas de las protestas provincianas, principalmente el de la renuncia de la presidenta Boluarte.
En virtud de ello, durante la jornada se multiplicaron en el país las marchas de protesta y los paros laborales y, según reporte oficial, aumentaron los bloqueos de carreteras de 106 ayer, a 127, en 44 provincias.
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