El mandatario así lo declaró al finalizar conversaciones con el presidente Luis Lacalle Pou, su anfitrión en la visita oficial que cumplió aquí en esta jornada.
Volví a la presidencia no solo con la intención de solucionar los problemas de Brasil, vuelvo porque creo en el multilateralismo y quiero fortalecer el Mercosur, la Unasur, la Celac, y pelear por una nueva gobernanza mundial, expresó.
Lula argumentó que ello es necesario cuando el mundo de hoy no es el mismo que cuando se crearon las Naciones Unidas. La geopolítica es otra, como las necesidades de la humanidad son otras, acotó.
Ocupó buena parte de su intervención a comparar sus dos mandatos presidenciales con la herencia de la administración de Jair Bolsonaro.
Vivimos el mejor período político en toda América del Sur. Ha sido la década donde se generaron más empleos, más aumentos de salarios y una década de crecimiento económico, dijo.
Heredé un país semidestruído. Brasil ya no padecía hambre cuando dejé la presidencia. Hoy tiene 33 millones de personas que padecen el hambre, contrastó.
Afirmó que la situación descrita resulta todo un desafío que encara con optimismo y le obliga a fijar metas, y por esta razón, «el lema de mi gobierno es unión y reconstrucción”.
El gobernante brasileño consideró justos los reclamos de Uruguay de flexibilizar las reglas de Mercosur en la búsqueda de acuerdos comerciales con otras naciones fuera del bloque.
Expresó su acuerdo con tratar ideas innovadoras pero subrayó la urgencia de que el Mercosur concluya un acuerdo con la Unión Europea, que se alarga en el tiempo, para que podamos discutir enseguida un posible convenio entre China y Mercosur.
Por su parte el presidente Lacalle Pou encomió lo que calificó de optimismo que trajo el presidente brasileño en su agenda aquí.
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