Al mediodía, Da Silva fue recibido con honores oficiales en la casa presidencial en Montevideo, donde le dio la bienvenida su anfitrión, Luis Lacalle Pou.
Los gobernantes sostuvieron un encuentro privado, al que luego se sumaron las delegaciones ministeriales de ambas naciones sudamericanas.
Lacalle y Lula dieron luego declaraciones a la prensa, en las que el futuro del Mercado Común del Sur (Mercosur) y la pretensión de Uruguay de concertar acuerdos comerciales fuera del bloque estuvieron en el centro de acuerdos y disidencias minimizadas públicamente por los mandatarios.
La discusión terminó con un asado a la uruguaya, que le brindó el anfitrión al brasileño.
Da Silva luego fue hasta la Intendencia de Montevideo (IM), cuya titular, Carolina Cosse, le entregó una distinción por sus políticas en favor del medio ambiente en sus dos períodos como presidente del gigante sudamericano.
Desde el balcón de la Intendencia metropolitana, el jefe de Estado sudamericano habló ante una multitud que le esperó con banderas, pancartas y cánticos.
Lula les prometió trabajar por la unidad latinoamericana desde su primera tribuna pública tras asumir la presidencia, y luego de la intentona golpista del 8 de enero último.
Su visita culminó en la chacra (finca) del expresidente uruguayo y amigo de causas, José Mujica, y su esposa, la exvicepresidenta Lucia Topolanzsky.
Allí estuvieron los presidentes del Frente Amplio y de la central sindical PIT-CNT, Fernando Pereira y Marcelo Abdala, respectivamente.
También el intendente del departamento de Canelones, Yamandú Orsi, quien junto a su homóloga de Montevideo puntea entre aspirantes a la presidencia uruguaya en los comicios del 2024.
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