Se trata del cumplimiento del cuarto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, al cual está comprometido el Estado uruguayo ante la ONU.
De acuerdo a tales metas, cuando acabe el quinquenio en curso el 75 por ciento de los jóvenes entre 21 y 23 años deberían haber egresado del bachillerato.
Pero según los últimos datos disponibles de la Encuesta Continua de Hogares, ese indicador todavía no supera siquiera el 50 por ciento de los jóvenes de esa edad.
Resulta este uno de los parámetros por el cual la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura ubica a Uruguay entre los países de “progresos lentos” y que tienen menos de 25 por ciento de posibilidades de cumplir el compromiso fijado.
La Ley de Educación vigente establece que la enseñanza es obligatoria desde los cuatro años de edad hasta el término de la educación media (bachillerato).
El cuarto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible reza: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.
Durante un evento la víspera en Washington por el Día de la Educación, el presidente del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública, Robert Silva, reconoció la inequidad existente en el sistema educativo uruguayo, lo cual compromete sus resultados.
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